‘The Mauritanian’: la prisión de Guantánamo sigue en pie
The Mauritanian (Kevin Macdonald, 2021) ilustra el caso de Mohamedou Ould Slahi (Tahar Rahim), un preso que permaneció retenido durante una década en la prisión de Guantánamo, acusado de reclutar a los terroristas que derribaron las Torres Gemelas el 11-S. Sin contar con acusaciones reales ni un solo juicio, Slahi ha perdido toda la esperanza, pero encuentra aliadas en la abogada defensora Nancy Hollander (Jodie Foster) y su asociada Teri Duncan (Shailene Woodley). Juntos se enfrentan a innumerables obstáculos en una búsqueda desesperada de justicia.
Hay que tener mucho cuidado con los thrillers judiciales. Puede generar controversia entre el público, aburrir hasta dormir al espectador o, en el mejor de los casos, hacer coincidir a la audiencia en que la moralidad mostrada es la adecuada. Justo esto último ha conseguido The Mauritanian. Macdonald consigue lo que pretende: mostrar el estado inhumano al que someten a los sospechosos que están encerrados en Guantánamo. Tomando como punto de partida el best seller escrito por el propio acusado, Diario de Guantánamo, y teniendo en cuenta que se trata de una historia de denuncia, era complicado salir de la opinión general que suscitó la noticia real en su momento.
Cada vez está más de moda cambiar el formato para diferenciar las dos partes de la historia. En The Mauritanian, el presente mantiene el «estado normal» de la cámara, es decir, el panorámico. Por otro lado, los flashbacks que conforman el relato de Slahi optan por el 4:3 y un juego de luces oscuras para dar la sensación claustrofóbica del encierro en habitaciones de escasos metros cuadrados. La dura narración del protagonista confronta el debate moral generado entre la abogada defensora y un militar (Benedict Cumberbatch), quien -rápidamente- cambia de idea y no está tan seguro de que Slahi sea el culpable de que un compañero suyo falleciera en el atentado.
Estreno en cines y plataformas digitales: 19 de marzo.