El intimismo de Bulgaria y la azucarada Moldavia, dos polos opuestos en Eurovisión
Bulgaria: Victoria con Growing Up Is Getting Old
La dulce y estremecedora voz de Victoria recorre nuestros sentidos en Growing Up Is Getting Old, una pieza muy íntima. Crecer es hacerse mayor, y crecer es algo que necesita esta canción en directo para intentar lograr su objetivo de llevarse el trofeo a Bulgaria. Delicada, sobrecogedora, emocional, pero a nivel compositivo le falta una vuelta de tuerca más -al menos en videoclip- para atrapar al oyente del todo. Es una verdadera lástima, porque la voz de Victoria tiene ese don transmisor que convierte cada canción en algo más, pero realmente a priori no es una opción para ganar, probablemente sí para un top 15. Es ese tema que te deja esperando un puente o un estribillo que cambie un poco la dinámica, pero no termina por llegar. Aun así, tendrá una buena participación en el concurso, pero objetivamente no tanto como señalan las apuestas.
Moldavia: Natalia Gordienko con Sugar
Natalia Gordienko llega con Sugar, un tema que tiene la intención de hacernos bailar ese estribillo de melodía pegadiza. No es un prodigio de voz ni mucho menos, pero veremos cómo es capaz de seguir una coreografía como esta en directo y no perder la línea vocal. Es todo un reto que, dependiendo de cómo lo afronte, la llevará a la final o no. Es un reto peligroso, pero esa melodía merece estar en la gran noche del 22 de mayo. En lo compositivo, se trata de un tema entre el pop y lo disco, que es del corte que habitualmente se da en países como Rusia, Ucrania y otros del este. Ante todo hay que destacar la melodía del estribillo y cómo va creciendo la canción en un puente muy bien construido. No estará ni mucho menos entre las favoritas, pero aporta algo diferente para esta final de Eurovisión.