Tambores de guerra entre Rusia y Ucrania, también en Eurovisión
Rusia: Manizha con Russian Woman
Como se puede imaginar, Russian Woman es otra canción en esta edición que habla del empoderamiento de la mujer. En este caso es en Rusia, donde su evolución en la sociedad ha sido impresionante en los últimos años. Manizha nos trae su visión de la situación con un estribillo potente, un grito a la libertad y a la fuerza de la figura femenina. Pese a que es un tema que de primeras puede no funcionar tan bien como lo hacen otras candidatas, tiene esa fuerza necesaria para estar en la final y, seguramente, estar en la zona media o alta del certamen. Todos nos quedamos hipnotizados con la propuesta del año pasado, y es que Little Big no deja indiferente a nadie, pero Manizha -a pesar de no tener demasiadas papeletas para ganar- no es una mala elección para el país soviético.
Ucrania: Go_A con Shum
La «rave folclórica» de Ucrania es uno de esos cortes que puedes odiar o amar, no hay un punto medio. Pienses lo que pienses, es una propuesta atrevida, diferente y que sin duda debería tener cabida en una final eurovisiva por su gran aporte a una velada que tiene que ser variada y plural. Shum, completamente en ucraniano, significa «ruido» en castellano. Ucrania puede ser acusada de muchas cosas, como el año 2019 por la polémica de que Maruv no participara finalmente en dicha edición. Sin embargo, siempre aporta algo distinto, como aquel Under The Ladder de Melovin en 2018 que mereció mejor suerte. Estilo único, voz blanca y la incógnita es cómo plasmarán todo esto en vivo, mucha curiosidad por ver cómo Kateryna Pavlenko y el electrofolk de sus Go_A actúan sobre el escenario de Róterdam.