Tomavistas resiste a la burbuja de festivales
La esencia de los festivales indies está perdiéndose entre el auge de este tipo de eventos. Los macrofestivales acaban con los más menudos al anunciar a cabezas de cartel internacionales inimaginables, mezclando géneros y públicos sin correlación. Por suerte, todavía se resisten algunos como el Tomavistas, una cita infaltable en la bienvenida al verano madrileño. Un festival al que la gente va a pasárselo bien, sin pelear por la primera fila ni incordiar a los grupos que aparecen a mitad del cartel. Además, el regreso al Parque Enrique Tierno Galván es la mejor decisión que ha podido tomar el festival, ya que resulta un recinto fresco y acogedor para disfrutar de la música en directo entre la naturaleza.
Jueves: Depresión Sonora, Ginebras y Carlangas
La primera jornada del Tomavistas comenzó a las 17:30 horas con Menta en el tercer escenario, el más pequeño del festival. Las jóvenes Shego, la revelación Queralt Lahoz y las letras disparatadas de Niña Polaca les siguieron, repartidos entre los tres escenarios. La primera sorpresa fue Depresión Sonora, que puso en pie al público del segundo escenario y captó las miradas curiosas del resto. Este verano está de gira por festivales para presentar su álbum debut, El arte de morir muy despacio, con el que ya ha cruzado el charco hasta Latinoamérica y próximamente estará en California. Mientras tanto, la emergente Judeline cantó en el tercer escenario.
Ginebras siguió en el escenario principal, con su disco ¿Quién es Billie Max? Como siempre, estuvieron a la altura de las expectativas con el show más animado del día. El exlíder de Novedades Carminha, bajo el nombre de Carlangas, mostró sus años de experiencia sobre las tablas con un concierto de alta calidad, muy digno del escenario grande para el próximo año. Aprovechó la ocasión para felicitar a su hijo, que esa misma noche cumplió dos años. Por último, la banda La La Love You cerró la primera jornada de Tomavistas, con un espectáculo pobre para ser cabeza de cartel del jueves.
Viernes: Triángulo de Amor Bizarro, La Femme y La Casa Azul
Los más tempraneros disfrutaron de la música en vivo de artistas como Parquesvr, Pip Blom o Perro, un grupo ya mítico en el Tomavistas. Triángulo de Amor Bizarro aprovechó la ocasión para presentar SED, su último disco, en directo. Por su parte, Mujeres dio otra sorpresa en el escenario secundario, pues pusieron a saltar a todo el público allí congregado. A la par, Playback Maracas hizo su show en el tercer escenario. Le siguió el grupo inglés The Vaccines con un concierto correcto y entretenido, pero poco memorable.
El último tramo del viernes estuvo dominado por los saltos del público: entrada la noche, La Femme comenzó con un espectáculo calmado. La tranquilidad no duró mucho, pues la psicodelia se apoderó del show y tras el primer cuarto de hora comenzaron los pogos. El nivel y la intensidad fueron subiendo según avanzaba el concierto, dejando al grupo francés como merecedor del escenario principal, igual que ocurrió con Carlangas. Los encargados de dar por finalizada la segunda jornada fueron La Casa Azul, cuya presencia en el cartel vaticinó la calidad y el buen rollo que genera Guille Milkyway siempre sobre el escenario.
Sábado: Cala Vento, La Élite y Metronomy
El sábado llegó la última cita con Tomavistas. Comenzó a las 13:15 h con Dani, La Bien Querida y La Paloma, además de los americanos Allah-Las y los nacionales Blanco Palamera y Margarita quebrada. El dúo catalán Cala Vento montaron la gran fiesta en el auditorio del Tierno Galván con la presentación de Casa linda, su último disco. Mostraron la gran calidad de sus canciones en directo y avisaron de su próximo concierto en la Sala La Riviera a final de año, una cita infaltable para su género. Los Punsetes y Sidonie fueron otros de los grupos que tocaron la tarde del sábado, dos apuestas seguras para pasarlo bien.
Por la noche, La Élite atrajo a todos los seguidores del punk electrónico hasta el escenario menor. El espíritu de Nuevo Punk, su álbum debut, sacó la rabia de todos los presentes y demostraron por qué son la última sensación en su género. A varios metros, Ladytron comenzó con la presentación de Time’s Arrow, su disco publicado a principios de año. El broche final fue puesto por Metronomy: aunque pueda ser el grupo con más caché del Tomavistas, quizá habría sido buena idea darles un horario más diurno, pues la primera mitad del concierto fue demasiado tranquila para todas las horas de festival que había vivido ya el público. Como no podía ser de otra manera, la última canción que sonó en el Tierno Galván fue el éxito The Look, que dejó con ganas de más después de subir los ánimos con el final de su show.
Esperaremos la vuelta de Tomavistas hasta el próximo año, que promete tener una organización tan espectacular como este 2023.